
La invención de la fotografía revolucionó la sociedad. De la idealización se pasó a la realidad y el impacto social fue extraordinario. La verdad se hizo palpable a través de la imagen y comenzaron a generarse millones de documentos para dejar constancia de los hechos. Desde que el adjetivo digital acompaña al término fotografía, se hace necesaria una redefinición: ¿Soporte? ¿Contenido? ¿Emulsión? ¿Fichero? Digamos que es –siempre lo ha sido– un documento, un mensaje sobre un soporte. Susan Sontag la denominó "artefacto" (hecho con arte), eligiendo un sinónimo sonoro e impecable. Esos cientos de millones de artefactos que se conservan en empresas, archivos, bibliotecas, museos y centros de documentación, y que se difunden cada segundo a través de las redes sociales son susceptibles de ser gestionados para su rentabilidad cultural y económica, y este es el reto de los documentalistas gráficos. Las claves (casi todas) en las páginas de este libro. Pasen y lean.
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es, sin lugar a dudas, el científico más importante que ha dado España en toda su historia, y uno de los que por derecho propio pertenecen al selecto grupo de los grandes de la ciencia de todos los tiempos. Pero no sólo fue Cajal grande por la ciencia que creó, también está su vida, plena de actividades y empeños. Y para acercarse tanto a su vida como a su ciencia, ningún instrumento es mejor que su autobiografía, Recuerdos de mi vida, un libro que desde 1923 no había sido editado completo, esto es, sin fragmentarlo escogiendo una de sus dos partes, “Mi infancia y juventud” o “Mi labor científica”, y que ahora vuelve a ver aquí la luz, introducido por el profesor de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Fernández Santarén, uno de los mejores especialistas en Cajal. Como complemento se incluye un documento de gran valor y muy poco conocido: el Post-scriptum que Ramón y Cajal añadió a la segunda edición (1899) –únicamente en esta edición– de otro de sus clásicos, el texto del discurso que pronunció al entrar a formar parte (1897) de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales,...
Niños y niñas en familia / Josette Birderues-Guereña -- La infancia entre la vida y la muerte : la mortalidad de los niños / Arón Cohen Amselem -- Una medicina para la infancia / Esteban Rodríguez Ocaña -- Zagales, pinches, gamenes-- aproximaciones al trabajo infantil / José María Borrás Llop -- Infancia y escolarización / Jean Louis Guereña -- La infancia delincuente y abandonada / Pedro Trinidad Fernández.
En la Edad de Plata de la cultura española, CALPE (Compañía Anónima de Librería, Publicaciones y Ediciones) fue un referente para los intelectuales. Entre junio de 1918 y diciembre 1925, fecha en la que se fusionó con Espasa, editora de la magna Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, conformó un estatus que abarcó todo el proceso editorial, desde la selección de originales hasta su comercialización en la Casa del Libro, además de abrir una nueva vía de intercambio cultural con América desde la delegación de Buenos Aires. El fundador de la editorial fue el empresario Nicolás María de Urgoiti, cuya mayor inteligencia fue elegir a José Ortega y Gasset como director editorial, quien además de dirigir los títulos de ensayo y la Biblioteca de Ideas Fundamentales del Siglo XX, se rodeó de científicos e intelectuales de renombre con la misión de desarrollar secciones específicas: Manuel García Morente y Luis Bello Trompeta (Literatura), Juan Dantín Cereceda (Geografía y Viajes), José Goyanes, Gustavo R. Lafora, Lorenzo Luzuriaga, Juan Madinaveitia y Gustavo Pittaluga (Medicina), Luis de Hoyos Sainz (Agricultura y Zoología), Lorenzo Luzuriaga...
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