Epodos, odas y carmen secular
Autor: Rubén Bonifaz Nuño
Número de Páginas: 552
Por tan claro como es Horacio cuando escribe de sí mismo, no resulta difícil imaginarlo. Al cincuentos encanecido, un poco sobrado de barriga, al clasista hijo de liberto, educado él, como noble, en Roma y en Atenas; impulsado por los que hoy se dirían violentos y victoriosos resentimientos sociales. Ambicioso de modestos placeres, cotidianos y eróticos; aficionado a la embriaguez del vino y a la ciencia de las luchas gladiatorias; amador superficial de mujeres jóvenes y de jóvenes hombres que debía parecer mujeres. El hecho de ser nieto de esclavos marcó, según lo muestran rasgos esenciales de su obra lírica, el carácter de su vida. Por una parte, su rechazo a la clase ínfima en que tuvo origen; por otra, su distancia exigente con respecto de los aortunados de noble nacimiento; finalmente, su soberbia arraigada en la conciencia de haber superado a éstos por el cultivo de méritos propios. Convencido de merecer el mundo todo; triunfador; aél, pobre, lo procuran los opulentos. Es dueño de una certeza absoluta: posee, como Roma, el presente y la inmortalidad. No sólo eso: es también capaz de otorgar ésta a los otros. Se sabe dueño de las herramientas para...