Hacia una antropología del cuidado
Autor: Jhonatthan Maldonado Ramírez
Comenzamos a dar cuenta de sí mismos en virtud de nuestra inevitable relación con los otros; esto significa que la escena de interpelación es un acto que entraña la postulación de un sujeto que no es autofundante sino constituido en un marco normativo de dependencia que hace posible la aparición de un encuentro entre el otro y yo. Dadas las circunstancias, el texto plantea como discusión central la experiencia de cuidadores de personas con síndrome de Down con la finalidad de desvelar la formación corporal de un sujeto cuidador que se enfrenta a un marco normativo de dependencia asediado por la regulación de género, la heteronormatividad y la integridad corporal obligatoria. Por así decirlo, el cuidado condensa la corporeización de un sujeto que se enfrenta a circunstancias que van más allá del propio control, ese “se enfrenta a” es una modalidad que, dirá Judith Butler, define la afectividad del cuerpo. Enfrentarse a la alteridad relacional es, en este singular episodio del síndrome de Down, lo que anima la capacidad de respuesta en un collage de afectos: sufrimiento, amor, esperanza, enojo, felicidad, desconsuelo y orgullo. Los afectos son el hilo conductor...