Pocas veces un nombre es tan evocador de un tiempo y de una forma de ver el mundo como lo es el de Feijoo en relación con la Ilustración hispana. La firme creencia en la capacidad de los hombres mediante la razón, el rechazo de la superstición y la mojigatería, la defensa de la igualdad entre los hombres o el vehemente alegato en pro de la cultura hacen de la obra y la vida de este polifacético filósofo la perfecta encarnación del espíritu de las Luces. No hubo un tema sobre el que no escribiese, una cuestión sobre la que no opinase o un asunto sobre el que no se interesase de suerte que –con una lucidez poco frecuente- Feijoo se convirtió en la conciencia crítica de la España de la primera mitad del siglo XVIII. Las ideas de Feijoo corrieron impresas por Europa y la América hispana y alimentaron el espíritu crítico de quienes -bebiendo en la Ilustración- pusieron punto final al Antiguo Régimen, inaugurando así un nuevo tiempo. Nuestra historia contemporánea, nuestra forma de ver el mundo, nuestros más hondos principios, no pueden entenderse sin tomar en consideración el legado de este inmenso agitador de conciencias, y por ello su vida y su obra continúan ...
Este libro estudia una de las vertientes más conflictivas de la definición cultural de la nación española en la época contemporánea: la relación entro las ideas de España y Castilla. Y lo hace desde las distintas formas de interpretar la relación histórica entre lo castellano y lo español. Polémica vinculada al proceso de articulación de la monarquía y el Estado españoles, así como al diálogo -generalmente tenso- entre el centro y la periferia.
Históricamente, los sistemas jurídico-políticos europeos y, por extensión, americanos, han tenido que experimentar agitaciones de violencia y contrapoder, y se han protegido mediante respuestas legislativas, gubernativas o judiciales, así como han articulado medidas de prevención junto a las de represión. Toda sociedad vertebrada ha sentido el impulso de un trastrueque, de una inversión axiológica o de un estallido de descomposición, condicionado o utópico. Cabe entonces aproximarse con interés a las formas de legitimación y consumación de los terremotos sociopolíticos que perseveran en la conservación o en la mutación de determinadas formas jurídicas, y sobre todo tratar de comprender cuál ha sido el razonamiento o el análisis desarrollado sobre la cuestión por la literatura política y jurídica en su sentido más amplio, además de la política de control criminal o administrativo, y de la eficacia o frustración bien definitiva, bien temporal, tanto de los instrumentos de orden cuanto de los amagos y arrebatos de desorden, sin caer en el olvido de la construcción de las ideas que, amparadas en la certidumbre o en la tergiversación, se elaboran al...
Pedro de Valencia, propone que el orden económico se organice de tal manera que los seres humanos puedan conseguir con su trabajo los bienes que necesitan para vivir dignamente; que el orden social se estructure sin privilegios; que el orden político fomente el bien común de la sociedad y no los intereses particulares de los poderosos; y que el orden ético anteponga en todos los casos la justicia a la utilidad y los valores comunitarios de la solidaridad y la cooperación a los individualistas del egoísmo y la competencia.
Opciones de Descarga